Japón es un archipiélago ubicado sobre una faja volcánica, razón por la cual existen aproximadamente 20.000 instalaciones de aguas termales. El placer de bañarse en agua caliente constituye una tradición cultural que se ha forjado desde tiempos ancestrales, y no son pocos los mitos y leyendas relacionados con las aguas termales.
Sin embargo, es desde el periodo Edo (1615-1867) cuando floreció esta cultura entre el pueblo llano, cuando los agricultores a menudo visitaban diferentes balnearios durante su temporada baja en busca de tranquilidad. La cultura en torno a las aguas termales se ha desarrollado y madurado hasta formar un importante atractivo turístico como un espacio donde disfrutar del clima, la cortesía, la arquitectura y la gastronomía japonesa junto con las aguas termales. Numerosos ryokan (alojamiento al estilo japonés) y hoteles existen por todo el país con sus propios baños termales. Los dueños, para atraer a un mayor número de visitantes, compiten para darles a los baños nuevos estilos y comodidades: baños a cielo abierto denominados rotenburo, grandes baños bajo techo llamados daiyokujo, espacios abiertos para disfrutar del paisaje local, etc. También son sofisticadas las reglas del baño, que facilitan el uso de estos lugares a los visitantes extranjeros.